1)
Los huevos
deben estar siempre, siempre, siempre a temperatura ambiente. No sólo para los
bizcochos, para cualquier otro tipo de pastelería, esto vale. Si hay
diferencias de temperatura entre los ingredientes, esto dificultará la subida
del bizcocho o puede que la masa se corte, etc.
2)
Mejor usar
azúcar glass que azúcar normal. Esto tiene una explicación: los granas de
azúcar normal, al ser más gruesos tenderán a subir a la superficie de la masa.
Eso hará que se forme una costra más gruesa y se quemará con más facilidad. El
uso del azúcar glass o sucre glace, dará como resultado una costra más fina.
3)
Una vez que
se añada la harina, no hay que “trabajar” mucho la masa. El hecho de mezclar
con contundencia desarrollará el gluten y la superficie del cake no será tan
lisa.
4)
Es mejor usar
una harina con poco gluten.
5)
Es un error
poner mucha levadura. Muchas veces el bizcocho subirá en el horno y de repente
se hundirá sin razón. Bueno, la razón suele ser un exceso de levadura. Si no
estáis muy seguros de las cantidades, es mejor usar harina con levadura
incorporada (harina bizcochona). Así no hay peligro de que el bizcocho caiga.
6)
Si usáis
levadura química, la masa o preparación puede esperar un tiempo y luego
hornear, sin embargo, cuando se emplea bicarbonato sódico (que es lo que
contienen las harinas bizcochonas), no se puede esperar para hornear ya que el
efecto del bicarbonato empieza en cuanto está en contacto con un líquido y si
esperamos mucho, cuando se introduzca el molde en el horno, ya no subirá.
7)
A veces, el
bizcocho se “desinfla”. También puede ser por falta proteínas. Proteína =
claras de huevo.
8)
Mejor no
añadir sal. La sal destruye las “pompitas” de aire que sirven para darle
textura y ligereza.
9)
Es mejor pesar
los huevos si lo requiere la receta. Si no tenéis una balanza podéis usar mi
truco de 1-2-3. La clara suele pesar 30 gramos, la yema 20 gramos y la cáscara
10 gramos: 3-2-1 o 1-2-3, como más os guste.
10)
Para que no
se queme la superficie del bizcocho, hay un truco muy sencillo: antes de
hornear, hay que alisar la superficie de la masa con una espátula de silicona
mojada.
11)
Si vais a
incorporar pasas, frutos secos o cualquier otro ingrediente que pesa y si no
queréis que caigan al fondo del bizcocho, sólo hay que enharinarlos un poco.
Así se quedarán bien repartidos por toda la masa. La harina absorbe la humedad
e impide que estos elementos pesados caigan. Esto no es necesario si la masa es
muy densa.
12)
Para que el
bizcocho no se queme por abajo, hay que poner una, incluso hasta dos placas de
hornear sobre la rejilla.
13)
Horneando a
150 grados durante una hora, salen perfectos.